La personalidad se forma en parte por las vivencias acumuladas en la vida. Las vivencias positivas y negativas van marcando la personalidad. La experiencias de la vida nos enseñan a afrontar decisiones. En definitiva, lo vivido marca el carácter.
Es cierto que incluso lo negativo ha hecho forjar la personalidad, pero desgraciadamente, lo vivido no positivo puede dejar, en algunos casos, huellas defensivas que hace que se tomen malas decisiones o que se adopte una actitud defensiva ante la vida al fin y al cabo, son traumas latentes.
Si a un perro maltratado, le acercas la mano para acariciarle, se asustará y afrontará con miedo esa caricia. Ese perro tiene marcado en su carácter el maltrato y se cierra en principio a recibir amor.
Si una persona ha recibido negatividades de forma continua, recelará de quien se acerque a darle amor.
Las marcas en el carácter, cuando nos hacen adoptar posiciones no naturales, suponen un problema y hay que hacer lo posible para limpiarlas. Pueden llegar a producir miedos que hace que se tomen decisiones no acertadas. Las marcas impiden llevar una evolución normal en el desarrollo vital, en la búsqueda de la felicidad.
Como soluciones, la primera como siempre es tomar conciencia de que existe el problema. Una vez tomada, analizar reacciones e intentar rectificarlas, reorientar las reacciones ante los estímulos. Se trata de tapar esas marcas, acostumbrarlas a nuevas situaciones.
Otra solución es canalizar mejor, atraer mas energía para lograr más seguridad. Para ello ejercicios encaminados a atraer energía (meditación, visualización, respiraciones, paseos, deporte…) o ponerse en manos de alguien que pueda enviarla.
Las dos soluciones están encaminadas a crear nuevas marcas positivas que tapen las traumáticas. Nuevas vivencias positivas que ayuden a tomar decisiones acertadas e intentar ser lo más felices posible.
Feliz jueves y feliz auto análisis!
Manuel