Muchas son las circunstancias que pueden alejar a las personas, pero hay que agradecer lo vivido y nunca cerrar los brazos a quien ha compartido parte de tu vida, tu energía, tu amistad.
Siempre tengo mis brazos abiertos, siempre, pues confío plenamente en la bondad humana.
Habría que aprender a volver a los puntos de origen comunes y, a partir de ahí, reencontrarse en armonía.
Es teoría espiritual básica, quizás enfrentada a la realidad, pero... mis brazos, siempre abiertos.
Feliz jueves!
Manuel
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ResponderEliminarGracias..nos ayuda a reflexionar en cosas que a veces no nos detenemos a pensar..
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