Me encantan las personas espiritualmente rebeldes, las que se enfrentan a esas casposas normas sociales y las provocan con su forma de pensar, de vivir, de vestir, de soñar, de amar...
Las normas sociales intentan homogeneizar los pensamientos y conductas. Generaciones tras generaciones premian a los que las siguen e intentan menospreciar, reírse, mofarse, apartar o incluso eliminar a quien se atreve a ser distinto.
Atrévete a cambiar. Atrévete a decir lo que piensas, a ser distinta, a vestir distinto. Atrévete a dejar que tu alma diga quien eres. Atrévete a pensar distinto de como lo has hecho hasta ahora. No temas las miradas de los necios, ni las burlas y cotilleos de los paletos serviles al sistema.
Una sociedad nueva se consigue desenrollando pensamientos. Atrévete a decir basta cuando te sientas incómoda por algo que llevas tiempo soportando y callando.
Cambia, se tu, te sentirás bien.
Feliz día.
Manuel
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