Hay noches de energías intensas ideales para limpiar y energizar nuestras piedras y protecciones.
La pasada luna nueva me acerqué a uno de mis lugares favoritos para ello. Es una pequeña playa cerca del macizo del Garraf en Barcelona. La época del año empieza a acompañar, pues la temperatura ha bajado y la gente marcha antes a sus casas.
El anochecer, los cambios de luces provocados por el reflejo del sol en las nubes, hacen que las sensaciones sean mágicas. La noche va a ser oscura. Luna nueva, luna humilde.
Que mejor que el agua de mar para limpiar y revitalizar las propiedades de las piedras, unido a las energías de una luna escondida que regala su fuerza a quien sabe valorarla.
Coloco mis piedras en la orilla, justo en el lugar donde rompen las olas. Pido a la luna, al viento, a la tierra, al mar, al universo, que otorguen a estas piedras maravillosas propiedades. Las personas que las poseerán, lo merecen.
Noto un flujo de energías que va a cada una de las piedras. Noto como se iluminan, como se cargan de vida. Si, de vida. Las piedras almacenan vida, por eso ayudan.
Las recojo, agradeciendo a esa fuente de energía infinita. Agradecer y ser consciente de esas maravillas, da paz interior. La tengo.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario