Uno de los sueños recurrentes del ser
humano es la inmortalidad. Leyendas y mitos sobre métodos y objetos que la
proporcionan inundan textos de historia y literatura. El Santo Grial, la Piedra
Filosofal. Seres inmortales como Uruk de Mesopotamia, Enkidu y sus nueve hadas.
La Biblia habla en su viejo testamento de personajes como Noé y Matusalén entre
otros que vivieron casi mil años.
Yoguis que viven cientos de años en
el Himalaya. Incluso Aristóteles habló de un secreto que prolongaría la vida...
¿Realmente la vida se puede
prolongar? Sin duda, sí.
Nuestra esencia eterna e inmortal, el
alma, es la mejor ayuda para lograr la auto regeneración física y en
consecuencia vivir más tiempo en un estado más óptimo. La conexión con el alma,
saber escucharla y que nuestro físico sea uno con ella, nos da pistas
claras sobre qué hacer y donde ir para conseguir esquivar a la enfermedad,
regenerar (sanar) y, en consecuencia, retrasar los aspectos físicos negativos
del envejecimiento.
Los pasos para lograr arañar años de
vida plena al deterioro físico podemos resumirlos en los siguientes:
- Tomar consciencia de la existencia de un mundo
paralelo de las energías.
- Trabajar con constancia para sentir las
energías, atraerlas, canalizarlas y dirigirlas.
- Buscar lugares geo-energéticos
- Tratarse periódicamente a nivel general como
método preventivo contra el deterioro.
- Tratarse localmente una zona afectada por la
enfermedad.
- La coherencia como forma de vida. Valorar el
presente y vivirlo plenamente.
No se puede pretender lograr un
objetivo tan enorme como ganar años de vida plena sin realizar un esfuerzo
previo, continuado y maravilloso. Desgraciadamente, vemos en nuestro
entorno las consecuencias de una forma de vida volcada totalmente a lo físico.
Formas de vida secuestradas por normas sociales que esclavizan a lo físico,
primando lo superficial y olvidando la esencia interior. Formas de vida
que olvidan las emociones, centrándose en lo material. Formas de vida
cuya atracción de energía pura queda relegada a un último plano. Cuerpo, mente
y espíritu enferman irremediablemente.
Por otra parte, no se puede estar
completamente en una burbuja aislado de cualquier energía material que pueda
distorsionar nuestro estado. El equilibrio entre lo físico y lo energético debe
existir. En un mundo aislado de lo material pueden aparecer los miedos y por
supuesto dejar de vivir experiencias únicas. El arriesgarse en lo físico es una
forma de romper miedos y fortalecerse a nivel energético.
Hay que tomar consciencia del
presente de forma total como continua oportunidad de felicidad. Vivir
obsesionado con un futuro ideal mejor es una contradicción con intentar
ganar años de vida. ¿Cómo puedes explicarle a tu alma que quieres vivir más
sino vives el presente? Apreciarlo es sin duda trabajar la longevidad.
Como apunte final a este primer
escrito, es importante destacar que el dominio de la atracción de energías
sanadoras no beneficia solo a tu persona sino que te convierte en un
catalizador que puede dar calidad de vida a las personas de tu entorno. Vale la
pena la búsqueda.
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