Las casas, como las personas y los objetos, están influenciadas
constantemente por las energías de las situaciones que se viven en ellas y en
constante influencia con las energías de los pisos o casas vecinas.
La casa debe ser el fuerte donde al cerrar la puerta de entrada, te invada
una sensación de paz y protección que permita recargar, reponer y descansar.
Para conseguirlo, primero hay que limpiarla de cualquier resto de
energía que ya resida dentro de la casa (memorias energéticas) y segundo protegerla
de las influencias energéticas y de las energías que se puedan traer del
exterior. Pero antes hay que conocer su estado energético.
Es normal que un piso en una edificio donde reina el caos energético, tenga
influencias nada positivas. Tan solo un vecino que atraiga negatividad, puede
tener influencia nefasta sobre el resto. También tiene una influencia enorme
las personas que han habitado anteriormente la casa, incluso el terreno donde
se ha construido. Por supuesto influye en su estado energético el estado de la
casa, su orden, la acumulación de objetos, ropas y trastos sin uso y las
costumbres diarias de los que la habitan.
Como veis y según mi opinión, los problemas de una casa no se solucionan
solo con un acto concreto (sal,
incienso, ruda, vinagre), Van mucho más allá si se quiere conseguir realmente
que se convierta en un lugar de paz para los que la habitan. Hay que invertir
trabajo.
En esta primera parte intentaré mostrar métodos para saber el estado
energético de la casa.
Para diagnosticar el estado energético de la casa, hay que hacer caso
evidentemente al sentido común y por supuesto a las sensaciones energéticas.
El sentido común es una herramienta desgraciadamente poco utilizada. Si una
casa está intoxicada, los que la habitan no se encuentran (cada uno en mayor o
menor medida) en su mejor momento. No se descansa, hay desorden, discusiones y en
casos más severos hasta continuas enfermedades o roturas inexplicables de
objetos. Por tanto, si los habitantes de la casa están bien, con los problemas
y alegrías de la vida diaria, no hay que obsesionarse pensando en que
negatividades puedan existir. He visto casos de obsesiones que no han hecho más
que estropear una casa con energías muy aceptables. Si que es conveniente
mantener unas pautas para que las energías sigan bien e incluso mejoren. El
orden, la limpieza, mantener un buen estado, la no acumulación, y pequeños
actos como dejar calzado en la entrada (Libro “Evolutio 144 formas de descubrir
tu energía” Pag. 84 “Por donde se escapa la energía positiva de casa y
soluciones”), ayudarán a mantener un buen nivel energético en la casa.
Si el sentido común indica que realmente hay problemas, que las energías de
la casa están influyendo en las personas que viven en ella, aconsejo que
analices tu misma su estado. No dudes que eres capaz, pues todos estamos
capacitados para obtener información. En el libro “Manual para sentir las
energías” capítulo 10 “Análisis de personas, lugares y objetos” explico
ejercicios para ello. Los chakras de las manos y los sensitivos para el lugar
serán los radares que nos indicarán anomalías energéticas. Sensibiliza tus
energías y recorre la casa y los objetos. “Escanea” con las manos sus energías.
Las sensaciones energéticas son formidables cuando se dedica un poco de
tiempo a desarrollarlas. Es muy posible
que después de haber “rastreado” con tus manos las habitaciones y objetos, te
hayan venido sensaciones concretas de lugares de la casa a tratar con más
intensidad o incluso localizar objetos “envenenados”. No des poca importancia a
lo que sientas, es el primer gran paso para solucionar problemas de la casa!.
Próximamente escribiré sobre
interpretación de sensaciones y forma de actuar.
Feliz día!
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