El alma es el componente inmortal del ser humano. Es pura energía y como tal, no se destruye, sino que sufre transformaciones. En un ser vivo habita un alma, en un planeta habitan miles y miles de millones de almas, tantos como realidades vivas. En el Universo, nadie es capaz de imaginar la inmensidad infinita de almas que existen.
El ego y la mezquindad humana, siempre tiende a despreciar cualquier posibilidad de vida exterior. Las religiones y las normas sociales tacharán de locos a quienes piensen que pueda existir otras formas de vida en el universo. Lo atribuyo al miedo más interior a sentirse débiles y al pánico al desmoronamiento de la sociedad tal y como está concebida.
En energías las distancias no existen. La energía, esencia del alma, viaja constantemente de un lugar a otro. Nuestro pensamiento físico minimiza ese hecho achacándolo a la imaginación, pero un pensamiento dirigido con fuerza a una persona o un lugar, incluye un componente energético que sin duda alguna, llega a su destino.
Esa capacidad inmediata que posee nuestra energía para desplazarse, se alcanza con la práctica y constancia. Si mandamos conscientemente energía, ejercitamos ese poder de viajar a donde queramos.
¿Que impide entonces que almas que habitan en otros mundos viajen hasta nuestro planeta y habiten en seres vivos? No solo nada lo impide, sino que algunos de los que estáis leyendo estas líneas, poseéis un alma que ha viajado a lo largo del universo. Son almas con un componente especial, almas con la misión de hacer evolucionar a otras almas. Son personas normales, no conscientes quizás de esa realidad, pero con un espíritu buscador incansable. Personas que se sienten deshubicadas muchas veces pero, si las normas sociales no han podido reprimirles, son conscientes que en su interior hay algo que les empuja a buscar incansablemente respuestas y razones para avanzar.
La sociedad está montada para marginar a quien tiene ese afán de búsqueda interior, llegando incluso a provocar en personas con alma viajera, bloqueos gravísimos que no solo no permite cumplir su misión, sino que los tacha de locos o asociales.
Analiza tu alma, tu interior, tu espíritu. Bucea en los recuerdos y descubre si tu alma ya ha habitado en otro lugar o en otro tipo de civilización. No los confundas con sueños vacíos y que la mente no te engañe pensando que es imaginación y fantasía. Sin duda muchas veces lo son, sin duda, muchas otras son señales que lanza tu alma para decirte de donde viene.
Quizás posees el tesoro de un alma viajera en tu interior. Trabaja para conocerla.
Feliz día.
Manuel