Ataca a todos, se crece si no se lucha contra ella, nunca desaparece del todo, espera el momento adecuado para frenar cualquier acción. Frena pequeñas acciones diarias, llamadas a realizar, recados, trabajo, etc.
La pereza va triunfando cuando tus temas pendientes aumentan. Pocos reconocen sus ataques, pero son generalizados. Se camufla en excusas, a veces en cansancio, en el mal tiempo, en un dolor pasajero, mil excusas distintas para conseguir que no actúes. Y los resultados de no plantarle cara pueden llegar a ser terribles a todos los niveles.
Me sorprendió hace ya años comprobar que un grupo de personas que se dedicaban a la magia negra, a trabajar negativamente a la gente a cambio de dinero, habían desarrollado la habilidad de empapar con pereza a alguien. Era como si envolviesen a la persona atacada con un manto de inmovilidad. Las consecuencias eran variadas dependiendo de la persona afectada. Llegue a ver a una de ellas que llevaba meses sin salir de casa. Había engordado mas de treinta kilos y que había renunciado ya a llevar una vida normal. Los que habían hecho el trabajo, habían conseguido su objetivo.
Pequeños hechos diarios (dejar de hacer) pueden desembocar en una actitud perezosa ante la vida. y pequeñas acciones diarias, pueden sacarte de esa dinámica.
Los temas abiertos, sean de la importancia que sean, desde cambiar una bombilla hasta hacer una sencilla llamada, son un peso que, sumado uno tras otro, llega a inmovilizar.
Los que me conocéis, sabéis que me gustan las listas como método para rectificar. Esta vez no va a ser menos. Papel, lápiz, recuento de las cosas pendientes (por pequeñas que parezcan) y pasar a la acción inmediatamente. Es el mejor antídoto. Al sentirte liberada de ese peso, vas a ver como tu horizonte se amplía, como te desbloqueas.
Reconocer que no haces algo por simple pereza no es nada habitual, las excusas están para evitar que te tachen de perezosa. Pero todos, todos, hemos tenido esos momentos, y hemos dejado cosas por hacer por ese motivo. Si es tu caso, reconócetelo y actúa. Vas a sorprenderte de la liberación que supone enfrentarse a ella.
Feliz Martes
Manuel
Hola Manuel,no me considero peresosa pero me cuesta mucho salir de mi casa y tengo muchos asuntos personales pendientes.Un abrazo fuerte.Gran Canaria
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