En la primera
parte escribí sobre sensaciones de las casas, sobre el sentido común y el “rastreo” de sensaciones con las manos para
saber el estado energético de la casa.
Profundizaremos en esta parte de las sensaciones recibidas en ese análisis
energético.
Hay muchas formas
de analizar una casa, la mayoría se basan en sensaciones y en consecuencia
interpretar las energías recibidas para saber su estado energético. Las manos y
sus chakras, son herramientas muy fiables para ello. En las manos tenemos
chakras de una sensibilidad maravillosa que nos transmitirán los estados
energéticos del lugar (“Manual para sentir las energías” Cap. 13 “Los chakras
de las manos en sensaciones energéticas”). Cuando haciendo ese análisis recibas
cualquier tipo de sensación, para y respira ese lugar u objeto. Inspira y a la
vez pon los chakras en posición recepción, espira y ponlos en posición emisión.
(“Manual para sentir las energías” Cap. 11 “Chakras, posición de emisión y
recepción). El análisis está en marcha. Si notas sensaciones no positivas, has
localizado un punto conflictivo. Al
recibir esa energía, la incomodidad gana terreno. En casos más graves se puede
llegar a auténtica repulsión y ganas de abandonar el lugar. Se debe ser cauto y
no forzar situaciones. Hay que repetir el ejercicio y a la vez intentar “leer”
los porqués de esas sensaciones recibidas. Incluso preguntar al lugar u objeto,
“interrogar” energéticamente para captar información.
La información
recopilada, por leve que sea, ya es adicional. Se ha localizado un punto no
positivo, un punto que de una forma u otra hay que rectificar. Hay que
continuar rastreando el resto de las estancias de la casa. En este estado de
sensibilidad es cuando más vas a notar que el desorden emite no positividad.
Las sensaciones recibidas en puntos desordenados o no limpios son desagradables
también. Es fácil confundirlo con malas energías y no es así.
Las manos,
nuestros radares energéticos, han cumplido su misión. Han mostrado su capacidad
para saber el estado energético del lugar. Los detalles de ese estado a veces
pasan a un segundo plano de importancia.
Cuando se trata
de un objeto, es importante recordar su origen, como ha llegado a casa. Es
sorprendente encontrar un objeto “envenenado” energéticamente, un foco emisor
de no positividad, caballos de Troya en el hogar. La solución es lógica y clara
en esos caso si no es algo valioso… deshacerse de el.
Todos los puntos
de la casa son importantes, pero si debo elegir un lugar donde tenga que reinar
la positividad, es el dormitorio. Es peligroso y provoca un desgaste muy grande
dormir (momentos de apertura) en lugares contaminados energéticamente. Igual
que al cerrar la puerta de casa se debe sentir alivio y protección, al cerrar
la puerta de la habitación se debe sentir paz, armonía y relajación.
Próximamente
escribiré sobre formas de erradicar la negatividad de una casa.
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