martes, 8 de abril de 2014

Dolor de alma, sanar el alma.





El dolor va unido a la vida. No existe ni ha existido una vida en la que nunca haya aparecido el dolor. Si hablamos de dolor físico, es la manifestación en nuestros sentidos de un problema en nuestro cuerpo, es el aviso de que algo va mal. En ocasiones el dolor es hasta necesario para ser conscientes de un problema y tomar medidas al respecto. El dolor, cuando desaparece, ha cumplido varias funciones. Una de ellas  es tomar conciencia de lo bien que se está cuando no hay dolor. Desgraciadamente, al estado de ausencia de dolor físico, el estado considerado normal, no se le valora lo suficiente. Sólo quién ha sufrido dolor, aprecia su ausencia.

Hay otro tipo de dolor. También aparece cuando algo falla. Es el dolor del alma. Un dolor intenso, continuo, seco. Un dolor que va dejando huella en lo físico. Es el dolor de una pérdida, de una relación rota. Es el dolor de la soledad, el dolor de la desubicación, de sentirse atrapada en una situación. El alma duele, ya lo creo que duele, y como el dolor físico, indica que algo falla y que hay que tomar medidas.

El alma es tan intangible como real. Muy relacionada con el corazón, con el chakra del corazón. Cuando duele el alma, el dolor físico muchas veces se centra en el centro del pecho. Por eso mucha gente insiste que el alma está situada en ese punto. Creo que el alma está en nuestra energía y creo que el chakra más relacionado con ella es el corazón. 

Cuando el dolor de alma persiste, afecta al cuerpo físico y a otros chakras. Los chakras mas afectados son el 4, 6 y el 7, corazón, frente y corona. Aparece entonces la tristeza, los comportamientos depresivos, ansiedades, etc.

No es fácil sanar el dolor del alma. El alma se sana con una combinación de tiempo y constancia en el trabajo de tus energías, así como en el cuidado del físico. Nadie puede sanar el alma de un día a otro. Para herir un alma, se han traspasado todas las capas de protección. Por eso no es fácil su sanación, pero por supuesto, posible.

No se puede generalizar en los tratamientos para sanar el alma. Cada caso es un mundo, sus circunstancias, los orígenes de ese mal. Y cada solución debe ser adaptada a la persona. El tema más difícil en la sanación del alma, es la implicación de la persona afectada. Las fuerzas fallan, aparece el desánimo, la dejadez, la pérdida de interés, hasta la pereza. Síntomas depresivos normales que quitan fuerzas para trabajarse. 

Las ruedas de energía para revitalizar a la persona afectada, dan dosis de energía para salir adelante. Si la persona afectada no tiene fuerzas para canalizar por si misma, una rueda de energía, un trabajo de chakras con el objetivo de canalizar mejor, son el primer empujón necesario para esa sanación.

El alma herida, se puede sanar. Si es tu caso, toma conciencia de ello y sal de la dinámica en la que ese dolor te ha envuelto. 

Cuenta conmigo.

Manuel

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