La felicidad es de los conceptos mas abstractos que existen. No existe la felicidad completa, es una quimera, una idealización.
La felicidad se compone de infinitas micro-felicidades. Pequeños momentos, circunstancias, estados que proporcionan momentáneamente felicidad. La búsqueda de la felicidad, se basa en ser conscientes de esos momentos. Un abrazo, risas, sentarse en una terraza al sol, ver nevar, dar la mano, recibir una sonrisa, meditar, ayudar, tener un amigo, amar, un beso, un paseo, un café… miles, infinitas situaciones que nos llevan a un momento de felicidad.
Los que afirman ser felices al 100 % (pocos pero los hay) basan esa afirmación en un egoísmo totalitario y tapan con esa afirmación sus carencias. Es imposible ser feliz al 100% mientras haya sufrimiento. El síndrome de la avestruz, esconder la cabeza para no ver nada. Sólo verse a uno mismo con las necesidades satisfechas. Egoísmo y cobardía.
Analizando a ese tipo de personas, tapan sus grandes carencias con ese engaño. Pero cada uno puede auto engañarse como desee. Lo negativo es que airean esa supuesta felicidad, provocando en su entorno sensaciones de infelicidad. La prensa, la publicidad se encargan de definir la felicidad (belleza, coches, fama, moda, éxito, dinero…). Y la sociedad tiende a imitar comportamientos e intentar alcanzar metas, pues sino lo consigues, no eres feliz.
El consumismo es el cancer de la felicidad. Enferma las mentes, provocando deseos inalcanzables y tapando las micro-felicidades diarias que todos tenemos.
Os propongo un pequeño ejercicio para calibrar vuestras micro-felicidades.
Desde que te despiertas, abre los ojos y respira. Sólo respira unos segundos, paz, tranquilidad (micro-felicidad). Un café, un té, el aroma, el primer sorbo (micro-felicidad). Tu hijo te mira (micro-felicidad). Abrir ventanas, ver el día y respirar (micro-felicidad). Una ducha (micro-felicidad). Ropa limpia, salir, hablar, leer, escuchar música, meditar, pasear, jugar, reír, saludar, comer, ayudar, recibir, amar, encontrar… ¿Sigo?. Analiza un día normal y cuenta esos momentos. Toma conciencia de ellos. La mayoría te pasan desapercibidos. Toma conciencia.
Por supuesto que en ese día hay momentos duros, problemas, trabajo, economía, discusiones… Suelen tener una duración mas prolongada en nuestra memoria. por eso hay tanta sensación de infelicidad. Pero no es así. Excepto casos extremos, no es así. Me enorgullece conocer a personas que no tienen nada, que sufren carencias importantes, sonríen y reconocen su felicidad, sus micro-felicidades.
En mi primera época de formación, mi Swami, mi maestro, me llevo al límite para desintoxicarme de banalidades. Me llevó a seguir su vida, sin nada en absoluto, vida prácticamente de indigencia. Durante varios meses me olvidé a la fuerza del placer de un sencillo café, de un plato de comida caliente, de las necesidades básicas. Un día, después de haber estado a punto de abandonar varias veces, me desperté liberado. Supe que si algún día tomaba un sencillo té por la mañana, lo disfrutaría como el mayor de los lujos. Un techo, unas sábanas, un libro, una película… Hoy puedo disfrutar y doy gracias al Universo de esos pequeños grandes placeres. De esas micro-felicidades.
El consumismo, lo banal, acecha siempre, tienta y engancha para lograr hipotecarte y esclavizarte. Los gobiernos, los estados, están al servicio de ese consumismo. Harán lo posible para que la sensación de felicidad sea la mínima, provocando falsas felicidades. No caigas.
No es nada fácil. Pero el camino para conseguirlo es ser consciente de tus momentos de felicidad.
Feliz Lunes!
Manuel