Que mala fama tiene a nivel energético el otoño. Los árboles pierden las hojas, la vida parece que se aleja de todo. En las personas, hay un contagio con esas sensaciones superficiales. Pueden aparecer procesos de tristezas que no deberían corresponder con la realidad energética.
La realidad energética del otoño es maravillosa. Aceptarme la analogía con la naturaleza, con la vida en el campo. Muchos arboles en esta época pierden la hoja y en poco tiempo parecerá que no tienen vida. La realidad energética es otra. La caída de la hoja es un desprenderse de lo que ya ha cumplido su misión durante la primavera y el verano. Los árboles preparan la gran renovación, han pasado otra etapa. Las hojas caen al suelo y vuelven a la tierra abonándola. La renovación continua. El agua llena de vida la tierra celebrando el haber pasado un caluroso verano. Prueba superada.
Las personas debemos tomar ejemplo de la naturaleza. Saber desprenderse de lo que ya ha cumplido su misión y permitir el acceso a lo que vendrá. Aprender de las experiencias vividas y nutrirse de ellas. Asentar las bases para nuevos proyectos. Hemos aprendido de nuevo. Prueba superada.
Gracias otoño por permitirnos la renovación.
Feliz día.
Manuel
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