Sentir las energías y ser consciente de ello, te ayudará a
atraerlas, canalizarlas y dirigirlas. Entramos ya en una fase más avanzada pero
apta para todos los que tengan curiosidad de autoconocimiento.
En el artículo 2/7, escribí algunas formas para dejar que nuestra alma sienta
energías libremente, formas para acompasar las emociones en cuerpo y alma.
Vamos a ir más allá. Primero, como siempre, la constancia. Durante muchos
momentos del día podemos sentir las situaciones no solo de forma física, sino
también energética. Cuantas más veces practiques el sentir las energías de un
lugar, una persona u objeto, más fácil te va a ser realizarlo de forma natural.
Sentir las energías no solo de personas y lugares donde no son del
todo positivas, sino también de lugares y personas cuyas energías son fuente de
vida. De eso vamos a hablar, de atraer energías positivas, para canalizarlas y
si es su caso, redirigirlas a otras personas, lugares u objetos. La teoría es
evidente. Formamos parte de un grupo o entorno. Si las personas o lugares que
lo componen tienen buena energía, nosotros estaremos mejor y conseguiremos más
años de vida plena.
Somos canales energéticos, la energía entra en nuestro interior y
sale constantemente. Ese flujo energético, si es rico y constante,
regenera. Si hemos aprendido a sentir
las energías, podemos acercarnos a aquellas que son positivas y “aspirarlas” de
una forma consciente para que inunden nuestro interior. Estamos atrayendo
energías de vida que sin duda regeneran provocando a su vez paz interior.
Estamos canalizando energías. Entran, enriquecen y salen enriquecidas.
¿Imaginas controlar esa salida energética? ¿Poder dirigir esa
corriente de vida hacia un lugar, persona u objeto? Los resultados son
maravillosos. Se puede desde ayudar al cambio de polaridad energética de un
lugar, inundar de positividad y paz una casa o negocio, hasta dirigirlo hacia
una persona que precise ayuda, pasando por cargar objetos que nos ayuden a
proteger de lo negativo y atraer lo
positivo. Todo ello y mucho más está al alcance de todos. La práctica, el
sentir, experimentar, valorarse, equivocarse y rectificar, son el método para
conseguir avances.
La regeneración de lugares y personas cercanas, aumenta la
vibración energética del grupo, logrando que sea más fuerte. Los objetivos se
consiguen, la paz interior aparece y la sensación de felicidad del grupo,
aumenta.
Empieza con pequeños ejercicios de atracción de energías.
Visualiza un lugar y transmite las sensaciones, quizás sin palabras, solo con
técnicas de abrazo energético en la distancia, quizás con las manos,
canalizando a los chakras de las manos toda la esencia de lo sentido y
entregarlo.