domingo, 26 de enero de 2014

Curiosidad, alimento del Alma.



Los parámetros que nos indican la vitalidad, las ganas de vivir, incluso la felicidad son difíciles de determinar. La curiosidad es uno de los parámetros más adecuados para medirla.

La curiosidad demuestra las ganas que se tiene de aprender, las ganas de saber como funciona todo para poder conseguir saber más. La curiosidad nunca debe agotarse, no debe desaparecer. Cuando eso ocurre, cuando deja de importar el funcionamiento de las cosas, el saber porque las cosas ocurren y como ocurren, algo está fallando, se deja de tener interés en la vida.

Muchas veces la curiosidad hay que alimentarla. A veces hay cierta "pereza" de investigar, de adentrarse en sensaciones nuevas, en otros conocimientos. Hay que luchar contra ello.

Una persona bloqueada es una persona que no sale de una situación, que está atrapada, sin fuerzas y muchas veces sin ganas de hacer cosas. Una persona bloqueada ha perdido la curiosidad o ser curiosa le requiere mucho esfuerzo. Una persona desbloqueada tiene ganas de saber, su curiosidad está a flor de piel.

El ejemplo lo tenemos en los niños o en prácticamente todos los cachorros del mundo animal. Deseosos de aprender, de vivir, curiosos hasta el cansancio, una maravilla de vitalidad. A medida que ese niño crece, baja su curiosidad, aprende como van las cosas tangibles, del entorno y poco más. Se adapta a la sociedad, a lo que está establecido que debes saber. Muchos aceptan y dejan de tener curiosidad, otros siguen sintiendo ese hambre de saber. Por mi pequeña experiencia, los que tienen curiosidad en sus vidas viven más y mejor.

La vida es un extraño y maravilloso regalo con infinitas cosas a aprender. Las normas sociales son las barreras que intentan impedir que seas curiosa. Revélate. Hay tanto que aprender…

Las normas sociales "domestican" la personalidad, la curiosidad. Quieren mantener un control sobre todo para evitar que la curiosidad aparezca. A lo largo de la historia, el poder (los que han creado esas normas) barrían a los que preguntaban demasiado y afirmaban teorías para ellos fuera de lo establecido.

Giordano Bruno, quemado en la hoguera después de pasar ocho años preso por afirmar  que la tierra giraba alrededor del sol. Miguel Servet,  quemado también por dudar de la Trinidad (también hizo una descripción de la circulación de la sangre y como se mezcla con el aire de los pulmones), Copérnico, Kepler, Descartes, incluso Galileo al que, después de enseñarle el potro de tortura, optó por retractarse por haber creído que el sol era el centro inmóvil y la tierra no era el centro y se movía. Y por supuesto cientos de miles, millones de personas a los que el "poder establecido" hizo callar en su día.

Por suerte hoy no queman en la hoguera ni torturan por ser curiosa. Utilizan métodos más sutiles. En el tema de energías, sencillamente ignoran o desprecian cualquier nuevo conocimiento. Por suerte, el cambio de mentalidad ya es demasiado fuerte. Aunque intenten pararlo (que lo hacen) no van a conseguirlo.

Te aconsejo que luches contra lo que te impida tener curiosidad, saber más. 

La curiosidad alimenta el alma y da vida.

Feliz domingo!

Manuel

2 comentarios:

  1. Qué bonito lo que aprendemos contigo!
    Muchas Gracias Manuel, por tan maravilloso Blog!
    He de decir que de siempre recuerdo haber sido curiosa...
    Un Fuerte Abrazo!
    Lydia

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  2. Gracias Manuel por tan bonita imagen y por tus palabras que tanto nos ayudan.Siempre he sido muy curiosa.Un besote.Gran Canaria

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